A la derecha el ara pétreo siloesco de san Bernardo. Entre el púlpito y el ara una de las lápidas recordatorias de los sacerdotes diocesanos inmolados durante la combate civil y cuyos nombres existirán para siempre: VIVENT NOMINA EORUM IN ÆTERNUM.

El púlpito, un factor fundamental en la Construcción de muchas iglesias, no es solo una plataforma elevada. Representa un espacio Intocable desde donde se proclama la Palabra de Todopoderoso, se comparten mensajes de fe y se tutorial a la congregación en la reflexión espiritual.

Este escultor pocos años luego realizaría también en mármol el monumento del Triunfo de la Candelaria situado en Santa Cruz de Tenerife. El púlpito, se adquirió como en otras muchas obras de arte de la catedral de La Falta conveniente a la penuria que tuvo la entonces parroquia de convertirse en el futuro en una sede catedralicia rica en obras de arte.[2]​

En esquema, el púlpito es un factor importante Internamente de la iglesia cristiana, pero que representa el emplazamiento donde se enseña y se predica la Palabra de Jehová, y por ende, es una útil esencia en la formación y fortalecimiento de la Seguridad de los creyentes.

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El hecho de que la mesa de comunión estuviera a un nivel ligeramente más bajo que el púlpito mantenía la importancia del sacramento, pero dejaba claro que la palabra hablada era más importante que la ceremonia.

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El hecho de que la mesa de comunión estuviera a un nivel ligeramente más bajo que el púlpito mantenía la importancia del sacramento, pero dejaba claro que la palabra hablada era más importante que la ceremonia.

Las figuras del primer plano, se colocan en las más diversas posturas, el Conjunto de soldados, detrás del situación, se realizan mostrando sólo el mama, un truco diferente al de las figuras que se ven en el otro relieve de la Oración del huerto, pero con el mismo fin para conseguir el efecto de gran profundidad.

Todavía se recomienda que haya una Biblia abierta en el púlpito, para recapacitar que la palabra de Altísimo es el centro de la adoración.

En la tradición romana el pulpitum se reconocía como un tablado donde cloruro sódicoían los coros de las tragedias a hacer sus representaciones, a posteriori y como parte de las prácticas religiosas cristianas el púlpito se estableció como una especie de balcón en pulpitos de madera para iglesias evangelicas forma cuadrada o redonda que se pone en las iglesias y se coloca a la consideración adecuada para que pueda ser visto por todos.

Es acerca del Señor que ha muerto en la cruz por todas Sus ovejas que deben dialogar desde el púlpito. Sin embargo, la situación más lamentable es cuando se suben al púlpito a predicar el evangelio distorsionado, si es que lo mencionan. Cuando utilizan textos fuera de contexto, o de un solo texto hacen un mensaje Militar y mandatorio sin tomar en cuenta todo el consejo de la Palabra y todo lo que conlleva preparar un sermón que proviene de la Biblia. El predicador está en grave peligro al subirse al púlpito y predicar lo que quiere sin proclamar a Dios, el Salvador. Sin llamar al arrepentimiento que ofrece el evangelio, sin atinar la esperanza que hay en la resurrección de Cristo, y sin proveer el “cómo vivir” a través del poder del Espíritu Santo. Predicador, ¿cómo estás utilizando el privilegio de proclamar las verdades de Jehová descritas en la Biblia? ¿Utilizas ese tiempo para tu empíreo o la edén de Jehová? ¿Quién es el centro de tu mensaje? ¿De qué alimentas a las ovejas por las que Cristo pagó con Su matanza en la cruz? ¿Estás consciente de tu responsabilidad delante Dios cada domingo? Proclamar la verdad en el púlpito

Por otro lado, el uso de imágenes proyectadas o pantallas pueden ayudar a complementar la experiencia de oración, mostrando letras de himnos o pasajes de la Biblia que acompañen la liturgia. Esto permitirá a los fieles ver y leer juntos las oraciones, lo que puede crear un sentido de unidad y comunidad.

En los cielos del tornavoz se centra la representación del Espíritu Santo en medio de rayos luminosos. Rematan los doseles dos esculturas de bulto de gran tamaño, al lado derecho la de san Buenaventura y del flanco izquierdo la del beato Juan Duns Scoto con la efigie de la Inmaculada Concepción, los dos, maestros de la escuela franciscana. Son imágenes que evocan la comisión de la iglesia como replicadora de la palabra de Alá.